dimecres, 8 de desembre del 2021

 

FRANCESC IMBERNÓN. Profesor universitario.

LA FORMACIÓN PERMANENTE LE MARCÓ LA VIDA

Entrevista realizada por Jaume Carbonell Sebarroja y publicado en revista Escuela el 13 de marzo de 2014

https://www.academia.edu/23705884/La_formaci%C3%B3n_permanente_le_marc%C3%B3_la_vida

 

Luces y sombras

“La formación ha sido mi pasión en las últimas décadas y no podía evitar volver a pensar en ello…. Lógico ya que es la temática en la cual he reflexionado más y ese “más” me lleva a continuar siendo un ignorante de los procesos de formación del profesorado y me anima a continuar pensando en el tema.” Esto lo escribe en el prólogo de su último libro: “Escuela, profesorado, formación y calidad de la enseñanza” . En efecto, en este texto se habla extensamente sobre la profesión docente, la formación del profesorado que se da en la universidad, lo que aprendimos y lo que tenemos que desaprender, el centro educativo como agente de formación, la metodología y los valores, la situación en Europa y Latinoamérica, la investigación-acción como proceso y herramienta de formación o sobre la función de las redes de profesorado y de formación para la mejora de la calidad educativa.

El interés por la formación del profesorado le viene, sobre todo, desde su tesis doctoral sobre esta cuestión en el año  1986  que “ha marcado el resto de mi vida docente, académica e investigadora, ya que ha supuesto publicar y hablar mucho sobre este tema.” En efecto, su producción de artículos, libros, investigaciones e informes es cuantitativamente ingente y cualitativamente significativa,  como lo es su labor como conferenciante, asesor o gestor de diversas iniciativas relacionadas con la formación inicial y permanente del profesorado de todos los niveles educativos, incluyendo la formación de formadores y de profesionales de diversos sectores. En todos estos casos F. Imbernón ha tratado de conjugar estos tres verbos: pensar, sentir y actuar, tanto desde el punto de vista de las prácticas docentes individuales y colectivas como desde la óptica de la Administración con sus correspondientes políticas educativas. Y lo ha hecho tratando de analizar y reflexionar críticamente sobre cualquier tipo de intervención, con un ojo puesto en el aula y el otro  en el contexto educativo y social.

Sostiene Imbernón que el recorrido de la formación permanente en el transcurso de las últimas décadas ha tenido sus altibajos, sus luces y sobras. “El año 1984 supone un punto de inflexión con la creación de los CEPs (Centros de Profesores), pues se inicia un proceso de descentralización que impulsa la formación y el asesoramiento docente a través de la investigación-acción y la formación en centros, priorizando la labor colectiva y el cambio institucional. Esto lo define con un eslogan: “El maestro ha muerto, viva el equipo docente”. Pero con los años y la emergencia de la ideología conservadora las políticas y prácticas formativas se van vaciando de contendido y se burocratizan; y el profesorado pierde protagonismo.” Reconoce que ahora se pasa por un mal momento, debido a que los recortes afectan también de modo sustantivo a la formación del profesorado.

En relación con la formación inicial, que cada vez articula más estrechamente con la permanente, valora el hecho que el nuevo plan de estudios de Grado del Espacio Europeo de Educación Superior equipare el Magisterio con otras carreras universitarias, con la ampliación de un curso y el período de prácticas, aunque se lamenta que el modelo de maestro que se quiere formar no ha variado sustancialmente respecto al de  planes de estudios anteriores; y que se trata de una oportunidad perdida. Esto lo cuenta muy bien en el artículo que firma con María Teresa Colén: “Los vaivenes de la formación inicial del profesorado. Una reforma siempre inacabada”, un conjunto de reflexiones que se apoyan en una reciente investigación de campo.

Al preguntarle por los retos actuales de la formación permanente, Francesc Imbernón no se lo piensa dos veces: “Es necesario repensar el significado de la identidad profesional, algo que no se trabaja; hay que poner más énfasis no en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) sino en la sociedad de la información y el conocimiento, que va más allá y tiene que ver con el sentido del conocimiento y el aprendizaje, utilizando las herramientas de los alumnos fuera de la escuela; y hay que entender qué significa hacer de maestro en una sociedad compleja, tal como describe Edgar Morin, contemplando los aspectos emocionales. Si no se entiende qué pasa fuera del aula no se entenderá  lo que ocurre dentro del aula.”

Trayectoria polifacética

Imbernón empezó a estudiar Magisterio con el Plan de 1950, pero lo dejó porque tenía que combinar estos estudios con los de bachillerato superior y con su trabajo en un banco como administrativo durante la mañana. En 1970, ya con el título de bachiller y los 18 años cumplidos, regresa a la Escuela Normal, pero ahora sigue el Plan del 69.  Era una época en que el tardofranquismo mostraba tímidos signos de apertura, pero aún se mantenían las diferencias sexistas con alguna que otra asignatura sólo para chicos y chicas y algún resabio autoritario y represivo: “Recuerdo haber visto como un profesor de Educación Física pegaba a un alumno.” Imperaba la pedagogía de más pura racionalidad técnica: psicología conductista, test psicológicos, objetivos operativos…  

Al terminar Magisterio ejerce tres meses de maestro en un barrio obrero barcelonés y lo llaman a filas. Su destino es la Escuela de Montaña de Jaca, donde solían a enviar como castigo a estudiantes que como él se habían distinguido en alguna actividad contra el régimen. A su regreso trabaja cinco años en una escuela de Santa Coloma de Gramenet como maestro de Primaria, período que compagina por las noches con la carrera de Pedagogía. “Eran tiempos convulsos, de mucha contestación, donde nos proponíamos echar fuera a los profesores que menos nos gustaban.  No lo logramos pero pudimos invitar a nuestras clases a pedagogos de la talla de Joaquim Franch o Francesco Tonucci, que vino por primera vez a Barcelona invitado por nosotros que éramos alumnos en 1978)”. Francesc -más conocido por Paco- fue delegado de curso y siempre se ha mostrado muy activo -incluso podríamos afirmar que hiperactivo si este concepto no estuviera tan devaluado- en diversos foros y colectivos docentes.

Hay otro año emblemático en su biografía: 1977, con la aparición de la revista “Guix. Elements d´acció educativa”. Una iniciativa que comparte inicialmente con Antoni Zabala y Rosa Guitart, y de la cual fue director hasta hace poco tiempo en que ha pasado a codirigirla. “Nuestra intención era hacer una revista en catalán, poniendo énfasis en la práctica educativa, en el intercambio de experiencias educativas entre los maestros, que hasta entonces tenían pocas posibilidades de publicar -sólo existían las revistas “Cuadernos de Pedagogía” y “Perspectiva Escolar” que se habían fundado un par de años antes-.  Esta era la idea básica, aunque con el tiempo fue derivando también hacia el campo reflexivo y teórico. Guix siempre mantuvo una mirada crítica y una independencia de cualquier institución e ideología.”

Más adelante, este proyecto creció en el seno de editorial Graó y con la edición de otras muchas revistas especializadas por áreas y niveles educativos y con un catálogo de libros de gran grosor cuantitativo y cualitativo, situándola en la vanguardia de las publicaciones educativas.

Paco Imbernón entró a la Escuela de Magisterio a impartir sus primeras clases de Didáctica General en 1978, más adelante obtuvo la titularidad y la cátedra en esta misma Escuela y en el año 1993 obtuvo la cátedra en la Facultad de Pedagogía.

Hoy toca con los docentes universitarios noveles

Este maestro-catedrático ha practicado una gran variedad de cursos de formación inicial destinados a colectivos docentes muy diversos. Hoy le toca impartir una de las dos sesiones de cuatro horas sobre “Estrategias en el aula universitaria” en el máster para profesorado novel. Veintitrés docentes de distintas Facultades de la Universidad de Barcelona van tomando asiento en semicírculo mientras Imbernón les explica que la sesión de hoy se centrará en el análisis de las prácticas docentes.

Tras algunas interacciones iniciales para captar la atención y favorecer un clima participativo, se proyecta un vídeo: “El círculo vicioso”, cuyo título alude a la tendencia que tienen los profesores a reproducir la forma de enseñar con la que aprendieron, a pesar de ser criticada en su momento. En él se muestran cuatro secuencias de malas prácticas docentes, un fiel reflejo de situaciones reales un tanto caricaturizadas. Paco invita a cada uno de los asistentes a que defina a modo de flash lo que les ha sugerido este visionado. Las palabras más nombradas son desconexión y real, pero también sueltan estas otras: deficiente, incertidumbre, distancia, sufrimiento, curioso, desasosiego, horror, etc. Y esta frase: “Ser profesor es difícil”.

Imbernón va tirando de estos hilos para ir desentrañando, algunos componentes de estas malas prácticas: el principio, el desarrollo y el final de la clase; el control del tiempo -“Nunca puedes mirar el reloj ni dar la sensación que estás fatigado”-; las posturas que pueden o no adoptarse en el transcurso de la clase, con ejemplos del que pasea dando la espalda a los estudiantes, del que habla mientras escribe en el encerado o del que  permanece siempre sentado y dictando sus apuntes al que denomina “magistocéntrico” o más popularmente “busto parlante”; de otros modelos docentes como el logocéntrico -que se centra sólo en lo que dice y enseña- y el paidocéntrico -cuyo centro se desplaza de la enseñanza al aprendizaje-; del tono de voz; de lo que se cuenta: “No expliques una cosa que no la sepas bien y que no te la creas” y de las explicaciones arbitrarias que se van por las nubes; de la mera sustitución del libro por el power point, así como de su uso y abuso: “El alumno no puede morir de power point”;  del tono de voz y de sus diversos registros; de los procesos de comunicación y retroalimentación; el desarrollo de diversas habilidades; o la utilización de diversos recursos como los ejemplos, las metáforas o el humor.

Tras una pausa, se comentan en pequeños grupos las buenas y malas prácticas docentes y, finalmente se ponen en común. Es el momento en que Paco trata de abrir una reflexión más en profundidad sobre el uso y el sentido de las diversas intervenciones docentes.

Tres modos de acercarse a Freinet

A este maestro francés, uno de los grandes artífices de la pedagogía popular, lo descubrió en su época de estudiante “pero no en la Escuela de Magisterio sino en una librería pedagógica Abacus,  vinculada a Rosa Sensat. Allí encuentro la Biblioteca Moderna publicada por Editorial Laia. A partir de aquel momento la pedagogía Freinet no me abandonará nunca.” Lo ha leído casi todo de lo que él o sobre él se ha editado en castellano y catalán. En la biblioteca de su casa le tiene reservado un espacio con 56 obras publicadas en ambas lenguas y algún otro título en francés e italiano.

Su aproximación a Freinet ha sido triple: como maestro en el aula; como formador de maestros, y como estudioso. En su escuela de Santa Coloma de Gramenet, a pesar de que él nunca se ha considerado un maestro Freinet ortodoxo, aplicaba algunas de sus técnicas como la imprenta -disponía de un limógrafo que había construido él mismo-, el texto libre, la asamblea o el mural. “Precisamente en aquella época obtuve el primer accésit del concurso “Ramón Llull de experiencias pedagógicas”, concedido por el ICE (Institut de Ciències de l´Educació) de la Universitat Autònoma de Barcelona), del que entonces era directora Marta Mata, por una experiencia de medio ambiente basada en Freinet. Al propio tiempo, en mis clases de Didáctica de Magisterio divulgaba la obra de Freinet y también ensayaba con los estudiantes algunas de sus técnicas, llegando a imprimir una revista de la clase, algo poco habitual en aquellos tiempos.”

Y, de forma paralela, empiezan sus incursiones en el estudio y recuperación de la pedagogía Freinet durante la República. En concreto, se entera que en “Masies de Plana Rodona” -hoy Sant Miquel d´Olèrdola-, un pueblo de la comarca barcelonesa de “El Penedès” que conoce por razones familiares, se entera que en su escuela hubo un maestro seguidor de su método; la visita y aún encuentra restos de la antigua imprenta. Contacta con este maestro, exiliado en México, y en uno de sus viajes a Barcelona lo aprovecha para homenajearlo en su propia escuela con algunos de sus alumnos y otra gente de la localidad en un acto muy emotivo. Luego vendría el conocimiento de otras escuelas y maestros, con sus correspondientes comunicaciones para jornadas de historia de la educación.

Hace pocos años quiso rendir homenaje al que fuera uno de sus grandes maestros con la publicación del libro: “Las invariantes pedagógicas hoy”, donde “se demuestra que toda su pedagogía, adaptada, sigue plenamente vigente.” En el análisis de cada variante salen a relucir razones y ejemplos de su actualidad. “Aunque hay mucha gente que practica su pedagogía o algunas de sus técnicas y no saben que tienen que ver con Freinet”.

Ahora, a punto de publicarse su nuevo libro al que nos referíamos al principio, anda con la escritura de otro en el que trata de recuperar pedagogos más o menos conocidos que han intervenido en la larga construcción de una nueva educación desde el s.XVII hasta el siglo XX. Una labor que alterna con sus clases y cursos de formación inicial y permanente, viajando por distintas Comunidades Autónomas y países latinoamericanos; con sus columnas de política educativa para “El País” y “El diari de l´educació”;  o en la participación de algún  Foro de debate como el de Sevilla, donde se buscan y comparten nuevos argumentos y estrategias para rechazar e impedir la aplicación de la LOMCE.

 

 

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