SE ACERCAN ELECCIONES AL RECTORADO EN LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA
La Universidad de Barcelona está en un proceso electoral que culminará el 22 de noviembre
en la elección de rector o rectora. Posiblemente
sea la última vez que sea elegido por toda la comunidad universitaria. Esperemos que no. Elegir
un rector quizá sea un tema que importe poco o tenga poca repercusión en la
ciudadanía aunque la decisión de quién dirigirá la Universidad más grande
catalana tenga consecuencias en la formación de los futuros ciudadanos. Y ya se
están moviendo y haciendo campaña candidatos y
candidatas (3) que entrarán en lid con el actual rector.
Y el próximo rector o rectora (se rompería la tradición histórica
masculina) tendrá que recomponer una Universidad de Barcelona que queda en una
situación de no consolidación de sus estructuras académicas y organizativas
futuras ya que la implantación del Espacio Europea ha quedado bien truncado por
los recortes. Ya sabemos que toda persona que llega a tener un poder de
decisión lo puede utilizar para muchas cosas y, aunque legitimado por las
elecciones, es impredecible las repercusiones que pueden tener sus decisiones.
En los últimos años ha habido la preocupación de reorganizar la estructura
y sanear la economía. No entraré a discutir si se ha perdido coherencia en la
docencia y en la investigación como algunos
dicen, ni quiero entrar a costa de qué se ha hecho del “saneamiento de la economía” aunque veo los
salarios precarios de mis compañeros profesores asociados, de la limitación de
los gastos, de las inversiones, de la falta de plazas de estabilidad, etc. Y
veo que ha empeorado la situación. Digo que no quiero entrar ya que los que, en
un periodo determinado, ejercen de gestores de lo público son ellos mismos
responsables de sus actos, así como todos aquellos que, por diversos motivos,
les acompañan en tales decisiones.
Quizá sea más interesante mirar el futuro. El reto del futuro de la Universidad de
Barcelona es suficientemente importante para que preocupe a muchos, dentro y
fuera de la
Universidad. La Universidad
de Barcelona necesita un rector o rectora que se preocupe de
introducirse de forma adecuada en el Espacio europeo de Educación superior con
los medios que disponemos que va más allá de reuniones informales, peticiones
apresuradas y experiencias aisladas. Se necesita una nueva estructura académica
y estructural (hasta arquitectónica) para adecuarse a las nuevas titulaciones,
a las nuevas metodologías docentes, a las nuevas necesidades de la enseñanza y
al nuevo concepto de aprendizaje del alumnado. Se necesita recuperar el debate,
el diálogo y el trabajo colectivo para que la comunidad universitaria se sienta
comprometida con ese futuro tan importante para la Universidad y, por
ende, para la sociedad, y no engrosar el colectivo de los desencantados, de los
pasotas, de los de enseñar a mi manera, de desear la prejubilación o de no
importa quién mande. Y preocuparse de contratar, formar y bien tratar a un
profesorado joven que sobrevive con contratos basura y promoción escasa,
aprovechando las leyes que tanto fueron criticadas.
No niego que la preocupación por la economía, por unir y desunir los
diversos grupos para que sean más productivos a costa de la calidad haya sido
necesario. Pero ahora nos toca elegir a un rector o rectora que sea capaz de
contar con todos y de establecer una nueva dinámica. Los nuevos tiempos
venideros necesitan nuevas ideas.
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