Craso error. Marcha atrás en
la inducción profesional de la docencia
Comisión
permanente de Por Otra Política Educativa. Foro de Sevilla.
En enero de 2022, el Ministerio de Educación y Formación
Profesional publicó un documento para el debate sobre 24 propuestas de reforma para la mejora
de la profesión docente.
En la propuesta de reforma 7 se decía: Establecer un nuevo
modelo de iniciación a la docencia (PID) en la formación inicial basado en el
aprendizaje en la práctica. El modelo de la iniciación a la docencia (PID)
cuenta con dos fases, una dedicada a las prácticas de la formación inicial para
todo el futuro profesorado y, en segundo lugar, la orientada al proceso de
selección de los docentes de la enseñanza pública.
Pero eso se ha ido a pique. El Ministerio dice que no se
implantará.
No queremos entrar en si al resto de propuestas de mejora les
pasará lo mismo, sino que queremos analizar concretamente esta. El motivo es
que, desde su nacimiento en 2012, el colectivo Por Otra Política Educativa.
Foro de Sevilla lo ha defendido y justificado, como un proceso clave,
para la mejora de la profesión docente. Lo hemos publicado, lo hemos expuesto en el
Parlamento y debatido con personalidades
políticas, privada y públicamente. Así como otros
colectivos universitarios y no universitarios, sindicatos y movimientos de
renovación.
Nos miramos mucho en el exterior, pero parece que solo cuando
nos interesa y no parece ser este el caso. Este es un tema muy investigado
y aplicado en muchos países. La literatura sobre el profesorado novel y
su proceso de incorporación, socialización y acogida tutorizada y
supervisada en la escuela, la llamada “inducción”, muestra que es un buen
modelo formativo para el desarrollo docente del profesorado.
El conocimiento y la investigación que tenemos hoy día, a nivel
internacional, sobre la formación inicial y permanente del profesorado, ofrece
argumentos de peso para establecer un periodo acompañado y apoyado de inducción
o iniciación profesional del magisterio. Hace tiempo que sabemos y que tenemos
constatación de ello que el profesorado hace un aprendizaje mucho más real y
adecuado a su práctica docente cuando tiene un periodo de contacto con el
alumnado, el profesorado y la escuela, con el acompañamiento, supervisión y
apoyo por parte de otros profesionales de la educación con reconocida
experiencia y capacidad. Sin olvidar que es una vieja reivindicación que aparece
siempre en los informes internacionales y en muchas propuestas de mejora de la
formación inicial del profesorado y de la profesión docente.
Se ha constatado, además, que la falta de esta supervisión y apoyo
en el contexto escolar, les lleva a actuar más intuitivamente que reflexivamente.
Se aprende más por ensayo y error que por experiencia contrastada y se practica
recetas descontextualizadas o que se repite los modelos de enseñanza, buenos o
no, que ellos mismos han experimentado en su experiencia escolar y en su
formación inicial universitaria. Muchos
noveles no saben por dónde empezar y se sienten incómodos al ver la complejidad
de la enseñanza.
Por tanto, es una experiencia que tiene un impacto en la vida
personal, profesional e institucional del profesorado, y una repercusión clave
en su forma de enseñar y afrontar la tarea educativa, que tiene consecuencias
para el alumnado. Es conocido que las experiencias docentes iniciales impregnan
las percepciones, las teorías implícitas y los comportamientos sobre la
enseñanza, el alumnado, la comunidad escolar y el papel docente. Durante ese
periodo, del primer año de inducción (aunque el Ministerio decía iniciación,
otros prácticum residente, residencia inicial o sistema de acceso a la
profesión docente APD), se puede observar cómo impregna este proceso en todo el
futuro de los profesores noveles.
Por eso consideramos crucial entender que uno de los elementos esencial
para la mejora de la educación es el apoyo y acompañamiento en el proceso de
inducción a este campo profesional que es clave para el presente-futuro de las
nuevas generaciones y del país. Añadiendo, por supuesto, actividades de apoyo
que pueden facilitar la integración en la función docente de una manera más
gradual y acompañada[1].
¿Qué ha pasado para decir que no se va a implantar? Ahora era el
momento de desarrollar esta propuesta con los cambios normativos
y curriculares que se están implantando. Ya sabíamos que una propuesta
como esta se tiene que meditar bien, sin precipitaciones, y consensuar con las
organizaciones educativas, pero eso no se ha hecho. Porque el papel y
los discursos y las propuestas políticas lo aguantan todo, pero la realidad educativa
es más dura y compleja que una simple propuesta realizada hace un año.
A veces es fácil hacer propuestas políticas de cara a la galería o
del electorado, pero cuando se trata de educación y formación las medidas
tienen que ser sin veleidades, muy meditadas, con cautela, consensuadas, y en
beneficio del profesorado y, sobre todo, de la mejor educación. Por lo que
desde el Foro de Sevilla exigimos que el Ministerio de Educación y Formación
Profesional se siente con la comunidad profesional de educación para volver a
pensar, de forma urgente, una propuesta rigurosa de inducción profesional, le
llamen como le llamen, y se implante con financiación suficiente para que
realmente el profesorado se sienta apoyado también en su labor educativa desde
el Ministerio y no se le vuelva a dejar abandonado a su suerte por la falta de
compromiso y actuación de quienes son los responsables de las políticas
educativas en nuestro Estado.
Comisión permanente de Por Otra Política Educativa. Foro de Sevilla.
[1] El Gobierno catalán empieza una tímida e
incipiente experiencia voluntaria en el curso que viene (llamada Sensei) con un
colectivo muy limitado de profesorado y con media jornada retribuida. Pero aún tenemos
que ver la concreción del proyecto.
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