dilluns, 15 de maig del 2023

 

Craso error. Marcha atrás en la inducción profesional de la docencia


Comisión permanente de Por Otra Política Educativa. Foro de Sevilla.

 

En enero de 2022, el Ministerio de Educación y Formación Profesional publicó un documento para el debate sobre 24 propuestas de reforma para la mejora de la profesión docente.

 

En la propuesta de reforma 7 se decía: Establecer un nuevo modelo de iniciación a la docencia (PID) en la formación inicial basado en el aprendizaje en la práctica. El modelo de la iniciación a la docencia (PID) cuenta con dos fases, una dedicada a las prácticas de la formación inicial para todo el futuro profesorado y, en segundo lugar, la orientada al proceso de selección de los docentes de la enseñanza pública.

 

Pero eso se ha ido a pique. El Ministerio dice que no se implantará.

 

No queremos entrar en si al resto de propuestas de mejora les pasará lo mismo, sino que queremos analizar concretamente esta. El motivo es que, desde su nacimiento en 2012, el colectivo Por Otra Política Educativa. Foro de Sevilla lo ha defendido y justificado, como un proceso clave, para la mejora de la profesión docente. Lo hemos publicado, lo hemos expuesto en el Parlamento y debatido con personalidades políticas, privada y públicamente. Así como otros colectivos universitarios y no universitarios, sindicatos y movimientos de renovación.

 

Nos miramos mucho en el exterior, pero parece que solo cuando nos interesa y no parece ser este el caso. Este es un tema muy investigado y aplicado en muchos países. La literatura sobre el profesorado novel y su proceso de incorporación, socialización y acogida tutorizada y supervisada en la escuela, la llamada “inducción”, muestra que es un buen modelo formativo para el desarrollo docente del profesorado. 

 

El conocimiento y la investigación que tenemos hoy día, a nivel internacional, sobre la formación inicial y permanente del profesorado, ofrece argumentos de peso para establecer un periodo acompañado y apoyado de inducción o iniciación profesional del magisterio. Hace tiempo que sabemos y que tenemos constatación de ello que el profesorado hace un aprendizaje mucho más real y adecuado a su práctica docente cuando tiene un periodo de contacto con el alumnado, el profesorado y la escuela, con el acompañamiento, supervisión y apoyo por parte de otros profesionales de la educación con reconocida experiencia y capacidad. Sin olvidar que es una vieja reivindicación que aparece siempre en los informes internacionales y en muchas propuestas de mejora de la formación inicial del profesorado y de la profesión docente.

Se ha constatado, además, que la falta de esta supervisión y apoyo en el contexto escolar, les lleva a actuar más intuitivamente que reflexivamente. Se aprende más por ensayo y error que por experiencia contrastada y se practica recetas descontextualizadas o que se repite los modelos de enseñanza, buenos o no, que ellos mismos han experimentado en su experiencia escolar y en su formación inicial universitaria.  Muchos noveles no saben por dónde empezar y se sienten incómodos al ver la complejidad de la enseñanza.

Por tanto, es una experiencia que tiene un impacto en la vida personal, profesional e institucional del profesorado, y una repercusión clave en su forma de enseñar y afrontar la tarea educativa, que tiene consecuencias para el alumnado. Es conocido que las experiencias docentes iniciales impregnan las percepciones, las teorías implícitas y los comportamientos sobre la enseñanza, el alumnado, la comunidad escolar y el papel docente. Durante ese periodo, del primer año de inducción (aunque el Ministerio decía iniciación, otros prácticum residente, residencia inicial o sistema de acceso a la profesión docente APD), se puede observar cómo impregna este proceso en todo el futuro de los profesores noveles.

 

Por eso consideramos crucial entender que uno de los elementos esencial para la mejora de la educación es el apoyo y acompañamiento en el proceso de inducción a este campo profesional que es clave para el presente-futuro de las nuevas generaciones y del país. Añadiendo, por supuesto, actividades de apoyo que pueden facilitar la integración en la función docente de una manera más gradual y acompañada[1].

 

¿Qué ha pasado para decir que no se va a implantar? Ahora era el momento de desarrollar esta propuesta con los cambios normativos y curriculares que se están implantando. Ya sabíamos que una propuesta como esta se tiene que meditar bien, sin precipitaciones, y consensuar con las organizaciones educativas, pero eso no se ha hecho. Porque el papel y los discursos y las propuestas políticas lo aguantan todo, pero la realidad educativa es más dura y compleja que una simple propuesta realizada hace un año.

 

A veces es fácil hacer propuestas políticas de cara a la galería o del electorado, pero cuando se trata de educación y formación las medidas tienen que ser sin veleidades, muy meditadas, con cautela, consensuadas, y en beneficio del profesorado y, sobre todo, de la mejor educación. Por lo que desde el Foro de Sevilla exigimos que el Ministerio de Educación y Formación Profesional se siente con la comunidad profesional de educación para volver a pensar, de forma urgente, una propuesta rigurosa de inducción profesional, le llamen como le llamen, y se implante con financiación suficiente para que realmente el profesorado se sienta apoyado también en su labor educativa desde el Ministerio y no se le vuelva a dejar abandonado a su suerte por la falta de compromiso y actuación de quienes son los responsables de las políticas educativas en nuestro Estado.

 


Comisión permanente de Por Otra Política Educativa. Foro de Sevilla.



[1]  El Gobierno catalán empieza una tímida e incipiente experiencia voluntaria en el curso que viene (llamada Sensei) con un colectivo muy limitado de profesorado y con media jornada retribuida. Pero aún tenemos que ver la concreción del proyecto.

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