dimecres, 15 de juny del 2016



Organismos públicos al servicio del partidismo neoliberal
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha convertido en un lobby empresarial al servicio de la ideología neoliberal más extrema, ligada al modelo del tea party a la española.
Por eso no es de extrañar que haya iniciado lo que denominan pomposamente un “estudio” sobre el sistema universitario español (https://goo.gl/IqHTwD), con la excusa de que “presenta muchos elementos interesantes desde el punto de vista de la competencia y la regulación económica eficiente”.
Según este neolobby, presidido por Marín Quemada, exconsejero del Banco de España y miembro del think thank ultraconservador Instituto Elcano, la Universidad “constituye un elemento clave en la formación de capital humano, esencial para el crecimiento de la productividad y de la selección de las élites”.
Partiendo de este dogma ideológico, la CNMC, organismo creado por el Partido Popular en 2013 para “velar por el correcto funcionamiento, la transparencia y la existencia de una competencia efectiva en todos los mercados”, ha decidido hacer una consulta pública mediante un cuestionario en una página web (al estilo clásico de las consultas del PP en materia educativa) para crear un nuevo ranking de universidades, partiendo de postulados ideológicos que sesgan cualquier tipo de investigación con un mínimo de rigor científico. Se puede consultar en https://goo.gl/Qa0Z8l
Se disfraza así este nuevo ranking neoliberal, financiado públicamente con nuestros impuestos, con la denominación de estudio, escudándose en que “la falta de incentivos a la eficiencia y la competencia entre universidades es una de las principales causas de las dificultades para alcanzar la excelencia en el sistema”, por lo que hacen este “estudio” basado en un cuestionario online completamente sesgado ideológicamente desde posturas de fe neoliberales que nunca han sido demostradas, y cuyas aplicaciones prácticas en todo caso nos han llevado al desastre económico de la crisis actual.
Por eso, desde los postulados más rancios de este neoliberalismo mercantil radical, establecen como punto de partida que “existe una clara relación entre empresas y universidad, lo que genera una competencia en calidad, imagen de marca y reputación, que se complementa con otros aspectos, como una mayor especialización y diferenciación”. Conceptos y presupuestos que son los mismos que el Partido Popular utiliza en todo su programa educativo que considera la educación como un negocio y la escuela y la universidad como una empresa.
Para hacer este “pseudoestudio” con dinero público en un campo que no les corresponde, como es el campo de la educación superior, se justifican con el artículo 5 de la Ley 3/2013, de 4 de junio, de creación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Pero ese artículo lo único que autoriza es a “promover y realizar estudios y trabajos de investigación en materia de competencia, así como informes generales sobre sectores económicos”. Querer reducir la Universidad a un “sector económico” o convertir las Universidades en “materias de competencia” es, o bien, un ejercicio de cinismo neoliberal o una incomprensión radical de lo que es el saber y la finalidad de la investigación, la ciencia y la formación universitaria. Además de asentar su cuestionario en un postulado radicalmente contrario al fundamento del desarrollo del ser humano y el conocimiento científico, que se asientan en la cooperación y la colaboración a lo largo de la historia humana y académica.

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