dilluns, 19 de juny del 2017


Declaración de las Sociedades Científicas de Ciencias de la Educacióni sobre los
nuevos criterios de evaluación para la acreditación nacional del profesorado
universitario en el marco del Programa ACADEMIA de la ANECA para el acceso a
los cuerpos docentes universitarios

Las Sociedades científicas de Ciencias de la Educación consideramos que los nuevos
criterios de evaluación para la acreditación del profesorado titular y catedrático de
Universidad poseen un nivel de exigencia no razonable, alejado de la realidad de la
investigación educativa en nuestro país, ya que no se adecuan a las circunstancias de
la investigación educativa en España.
Tomando en consideración el proceso de acreditación para el acceso a los cuerpos
universitarios, regulado por el RD 415/2015, al que se remite el desarrollo del
Programa ACADEMIA con el objeto de evaluar el perfil de los solicitantes para el
acceso a los cuerpos de funcionarios docentes universitarios (Profesores Titulares de
Universidad y Catedráticos de Universidad); y, más en concreto, lo dispuesto por la
Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación (ANECA), como “méritos obligatorios”
y “méritos complementarios” para obtener una calificación positiva en las solicitudes de
acceso a ambos cuerpos docentes en las Ciencias de la Educación,
Exponen:Su rechazo a los nuevos criterios de evaluación en relación con los criterios
anteriores y a los procedimientos para acreditarse como profesor o profesora
universitaria. Unos criterios que, en nuestras sociedades científicas, impiden
y/o paralizan la promoción de gran parte de la plantilla de las universidades.No nos negamos categóricamente a una evaluación para la acreditación de los
cuerpos docentes universitarios sino que consideramos que los criterios que se
adopten deben tener en cuenta la realidad de la investigación educativa en
nuestro país: partir de un diagnóstico que considere los resultados y logros
asociados a la aplicación de los anteriores criterios, las políticas científicas y
educativas, así como la inversión en investigación en España, en sus
Comunidades Autónomas y Universidades (en concreto en el área de la
investigación en las Ciencias de la Educación), incluir indicadores de impacto
social de sus proyectos de investigación y de la transferencia de conocimiento
en publicaciones, congresos, planes de estudio, programas educativos y
sociales, etc.; y, al tiempo, establecer líneas de mejora de la investigación,
inevitablemente vinculadas a los procesos de innovación educativa y a la de la
calidad de la Educación, dentro y fuera del sistema escolar.
 En los nuevos criterios se le otorga una prioridad excesiva a las publicaciones
con estándares, evidencias, etc. que son inalcanzables y desproporcionados a
los méritos que pueden conseguirse, en algunos campos educativos, en
perjuicio de la docencia, la gestión, aspectos fundamentales y necesarios en la
tarea de un docente universitario. Máxime cuando en los últimos años han
disminuido notoriamente los fondos económicos y los recursos que se destinan
a la investigación educativa, con el consecuente deterioro y precarización de
las condiciones retributivas, laborales y profesionales del profesorado
universitario y un mayor aumento de la docencia. En este sentido, debe
advertirse que el número de profesores asociados ha aumentado
exponencialmente en nuestras Universidades lo que haría imposible su accesoa los cuerpos docentes de TU y CU, garantizando el necesario relevo generacional del profesorado.Los nuevos criterios son bastante más restrictivos que los que se exigen para una evaluación positiva de la actividad investigadora (tramos de investigación),
en las Ciencias de la Educación, que hasta ahora ha aplicado la Comisión
Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora (CNEAI). El acceso a la
acreditación de profesorado universitario no puede ser predominantemente
valorado por la investigación publicada en revistas que tienen sus sedes, de
forma mayoritaria, en otros países. La minusvaloración de las revistas editadas
en España, con crecientes indicios de calidad y niveles reconocidos en su
proyección nacional e internacional, entre otras las que publican las editoras
universitarias, con Consejos de Redacción, Comités Editoriales, Comités
Científicos, procesos de evaluación ciegos, etc. acabará determinando su
desaparición, sin mejorar sus niveles de exigencia, al derivar los autores sus
publicaciones hacia otros contextos y realidades.
 Se exige un exceso de publicaciones en el JCR, Scopus o en SJR en primer
cuartil (Q1) cuando, en el amplio y diversificado campo de la educación en
España, no existe actualmente ninguna revista de Educación Q1 y sólo hay dos
(2) revistas JCR en Q2. En SJR, hay 13 revistas españolas de educación en
Q3 y 9 en Q4. En Scimago hay 1.066 revistas en Educación, de las cuales sólo
25 son españolas (es decir, un 2,34% de las que se editan), pero solo 2 en el
Q1+Q2. Por tanto será del todo imposible para muchos profesores y profesoras
acceder a la acreditación en los cuerpos docentes de Titulares y Catedráticos
de Universidad.Las revistas de impacto internacionales son, a veces, excesivamente
especializadas imposibilitando que profesorado de educación puedan publicar
en ellas, ya que la actividad educativa es -y debe ser- por la naturaleza de sus
saberes, esencialmente interdisciplinaria. En Ciencias de la Educación, la
innovación educativa, la transferencia de nuestras propuestas en forma de
proyectos al tejido educativo pasa a no valorarse si no adopta el formato de
investigación en un momento en el que se exige un cambio educativo y la
aplicación de proyectos de innovación. En educación algunas de las revistas llamadas de impacto tienen una escasa difusión y una baja incidencia en la mejora del conocimiento educativo, con la
paradoja de poco o muy poco impacto, por no decir incluso inexistente, en las
realidades educativas, completamente al margen de las necesidades
emergentes y urgentes de las comunidades educativas y de quienes adoptan
las decisiones políticas en los procesos de reforma y mejora de la educación,
tanto en el ámbito de las Administraciones del Estado y Autonómicas como
locales. Es especialmente grave que contribuciones de carácter interdisciplinar
con equipos mixtos tampoco se vean valoradas si no se publican en "revistas
de educación" negando una productividad al ámbito educativo que no tienen el
resto de colaboradores pertenecientes a otros campos. En las Ciencias de la Educación será deseable y razonable que los nuevos
criterios no estén al margen de las decisiones políticas que adoptan las propias
Administraciones, ni de los instrumentos que promueven con fondos públicos
(como por ejemplo el “sello de calidad” de las revistas científicas de la FECYT,
que es completamente ignorado en estos criterios) y buscar alternativas en el
índice de impacto H del que hace uso el Journal Scholar Metrics: Arts,
Humanities, and Social Sciences ya que en España están registradas 128 revistas, 23 de ellas en los dos primeros cuartiles. Otra alternativa sería tener en cuenta la “San Francisco Declaration on Research Assessment http://www.ascb.org/Es exagerado que para acceder al cuerpo de Profesores Titulares de Universidad se demanden 15 años de docencia universitaria a tiempo
completo, o 5 años en la calificación B, y publicaciones de impacto sobre
innovación cuando las revistas de impacto no acostumbran a publicar
innovaciones docentes. Ello comporta un número excesivo de años de
docencia al profesorado a tiempo parcial (mayoritario actualmente) y a no
poder publicar las innovaciones docentes en revistas catalogadas de impacto
 Creemos que unos nuevos criterios de acreditación deben someterse a un
debate en el seno de la propia comunidad universitaria y, una vez establecidos,
no deben aplicarse hasta que no haya transcurrido un tiempo suficiente para
que los investigadores hayan podido orientar adecuadamente su carrera
profesional. Una tarea que nunca podrá hacerse al margen de una previsión de
cortos, medios y largos plazos acerca de sus posibilidades de promoción y/o
estabilización, del financiamiento que lo haga posible en cada Universidad y en
el conjunto del sistema universitario, con las necesarias garantías de equidad,
justicia y mérito.
 Los criterios que se adopten nunca podrán situarse al margen de los principios
éticos y de los códigos deontológicos que se adopten en la evaluación, con su
correspondiente aplicación en la investigación básica y aplicada (también en
las Ciencias en general, pero sobre todo en el ámbito educativo), asumidos por
la comunidad científica, comenzando por los evaluadores y las Comisiones de
Evaluación que sean designados a tal fin. Estándares éticos que invocan no
sólo la importancia del impacto científico, difusión y de sus niveles de
indexación, sino también al compromiso cívico de los/as investigadores/as y a
la responsabilidad social de la investigación, del uso de una pluralidad de
metodologías, del trabajo en equipo y en redes de investigadores, del respeto y
de la participación activa de los ciudadanos y de todos los sectores y colectivos
investigados, incluso en el estímulo y el reconocimiento de la autoría
compartida de la investigación y no de publicaciones de autor único.

Por todo ello SOLICITAMOS:

Que se retiren y, consecuentemente, que se proceda a la paralización y/o no
aplicación de los nuevos criterios para la Acreditación en el acceso del
profesorado universitario a los cuerpos docentes de Titulares y Catedráticos de
Universidad.
Que se ponga en valor, tomando en consideración, la reflexión y el debate que
ya se está produciendo en todas las Universidades españolas sobre esta
cuestión.
Que se realice un riguroso análisis de los criterios necesarios y que la
incorporación de esos criterios surja de la pluralidad de las aportaciones que
emanen del conjunto de la comunidad científica.

En todo caso, y antes de adoptar criterios que tengan un carácter definitivo se
ha de analizar que sean justos y viables. También será necesario adecuar los
criterios a las realidades existentes, contribuyendo a mejorar la plantilla
docente y la Universidad española.
Un deseo, con los logros a los que pueda dar lugar, con el que la comunidad
docente e investigadora de las Ciencias de la Educación se siente
comprometida, contribuyendo activa y constructivamente.

Sociedad Española de Pedagogía (SEP)
Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social (SIPS)
Sociedad Española de Historia de la Educación (SEDHE)
Sociedad Española para el Estudio del Patrimonio Histórico-Educativo (SEPHE)
Societat d’Història de l’Educació dels Països de Llengua Catalana
Sociedad Española de Educación Comparada (SEEC)
Asociación Interuniversitaria de Investigación Pedagógica (AIDIPE)
Asociación Universitaria de Formación de Profesorado (AUFOP)
Red Universitaria de Tecnología Educativa (RUTE)
Coordinadora Universitaria del Área de Didáctica y Organización Escolar (CUADOE)
Coordinadora de profesores universitarios de Educación inclusiva
Red de Investigación sobre Liderazgo y Mejora Educativa(RILME),
Red Universitaria de Investigación e Innovación Educativa (REUNID)
Seminario Interuniversitario de Teoría de la Educación (SITE)
Equipo de Desarrollo Organizacional. UAB. (EDO)
Grupo de Formación Docente e Innovación Pedagógica. UB. (FODIP)

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