Libro Blanco del Pacto educativo
Carmen Rodríguez, Enríque Díez,
Rodrigo García y Francisco Imbernón*
La fecundidad
del señor José Antonio Marina para realizar libros blancos sobre la educación
en una determinada orientación política, primero uno sobre el profesorado y
ahora otro sobre el Pacto educativo (http://www.joseantoniomarina.net/proyecto/pacto-educativo/),
no deja lugar a dudas de que contamos con todo un gurú para guiarnos en la
solución de los problemas de la educación.
Cómo es
posible arrogarse la representación de la sociedad civil para elaborar un
‘libro blanco’ sobre el ‘Pacto Educativo’, cuando su legitimidad para hacerlo
procede sólo de la consideración que él mismo hace y sin representar a un
colectivo, movimientos ciudadano, grupo de profesionales o sector de las
comunidades educativas o de la sociedad… Nadie le ha otorgado legitimidad para
tan valiosa tarea; a no ser la Universidad Privada ‘Nebrija’ y él mismo.
El miedo o
la desazón generada por la crisis y los discursos sobre el deterioro del
sistema educativo de nuestro país, que no
produce trabajadores cualificados (sic), lleva a vincular el desarrollo
de los sistemas educativos al crecimiento económico.
Con esta
estrategia de crisis y desastre, en la que se colocó el gobierno del partido
popular y ahora el mediático Marina, cuya finalidad poco tiene que ver con la
educación, y cada vez más con la economía capitalista, orientada por las líneas
establecidas por la OCDE, organismo económico internacional. Esta es la
orientación de las últimas leyes que ha emprendido el partido popular buscando,
como ellos mismos declaran: mejorar los rendimientos para mejorar la economía
nacional y la adecuación de las escuelas a entornos competitivos para producir
trabajadores adaptados a las sociedades capitalistas.
Como
planteaba Milton Friedman, líder intelectual del capitalismo de libre mercado,
en The Wall Street Journal la crisis es una tragedia, pero “también es una oportunidad
para emprender una reforma radical del sistema educativo”. Friedman afirmaba
que la Administración tiene que actuar
con rapidez, para imponer los cambios de forma irreversible, antes de que la
sociedad afectada por la crisis vuelva a instalarse en lo que él denominaba la
«tiranía del status quo». Lo importante era generar un estado de shock en la
población que facilitara el “tratamiento de choque” de los programas de ajuste.
Aprovechar momentos de trauma colectivo para dar el pistoletazo de salida a
reformas económicas y sociales de corte radical. Se tiende a aceptar esos
“tratamientos de choque”, decía, creyendo en la promesa de que salvarán de
mayores desastres.
Por eso el
partido popular está aprovechando la actual situación de crisis para introducir
reformas que vinculen el desarrollo de los sistemas educativos al crecimiento
económico y donde la educación deje de ser un valor en sí mismo. Desde
cualquier enfoque educativo, con un mínimo de rigor, la educación no debe estar
al servicio prioritario de las demandas del mercado, como se pretende. No es
nuestro punto de vista. La educación no tiene como finalidad única conseguir
personas “técnicamente competentes” (los mejores técnicos diseñaron las cámaras
de gas de Auschwitz), sino formar a las futuras generaciones para que sean
capaces de desarrollar y expandir sus mentes y su compromiso ciudadano por
construir un mundo más justo y mejor. Esto es lo que posteriormente repercutirá
en el desarrollo científico y tecnológico y en el desarrollo socioeconómico
respetuoso con nuestro mundo, pero no puede ser su único objetivo. La educación
debe considerarse un valor en sí misma.
Solo hay dos
modelos de educación, uno es considerarla un bien público promovida por los
estados para el ascenso de la población en equidad (educación pública
gratuita), o es un servicio, una mercancía más, como la consideran las
políticas de globalización y algunos organismos internacionales, y que por lo
tanto debe ser liberalizada para competir en el mercado educacional mundial.
Para estas
políticas las instituciones públicas son por definición ineficientes y por ello
introducen mecanismos de mercado, entre los que se encuentran; la
desregulación, la competencia, la privatización y la libre elección de
servicios. Para sus promotores la provisión pública no responde a las demandas
de los consumidores y no cuenta con los
incentivos necesarios para la mejora educativa, como justifica Marina en su
libro blanco del profesorado.
Chile fue
uno de los primeros laboratorios donde se experimentan estas políticas
competitivas, desde hace treinta años, al que seguirán EEUU e Inglaterra. Para
ello es necesaria, además de la desregulación y liberalización del sistema
educativo: una financiación competitiva pública, según demanda de las escuelas,
evaluaciones externas con informaciones públicas para la creación de ranquines y la elección de
centro. El libro de ruta que se incluyó en la LOMCE.
Sin embargo,
los resultados ya evaluados desdicen la prometida mejora educativa y concluyen
que: 1) se eleva el número de centros privados pero financiados con dinero
público (en Chile se triplican), 2) distribuyen a las personas por su nivel
socioeconómico, 3) mejoran solo en aspectos formales para atraer a estudiantes
buenos, 4) estimulan el pensamiento único y estandarizado y 5) sustituyen el
liderazgo educativo por la gestión financiera y las relaciones públicas.
Marina que
afirma (en los comentarios de su blog a la propuesta del Foro de Sevilla), que
no es importante la financiación, ni la formación del profesorado y sus
condiciones laborales, y que entrar en “eso” sería ideología y empañaría el
“carácter científico” y el pacto, nos da la solución mágica. Necesita poco tiempo: dos meses es el encargo
realizado. Lógico ya que en realidad no inventa nada, recogerá las propuestas
de las políticas educativas neoliberales, de las dos últimas décadas, que vinculan
las reformas de los sistemas educativos al crecimiento económico y a la
competitividad.
Consideramos
arrogante afirmar que, sobre la base de una serie de informes escritos,
aportados por determinados organizaciones, va a definir el territorio en el que
moverse ese Pacto que los políticos terminarían por concretar. Por cierto,
faltarían muchos más, avalados, en este caso, por movimientos sociales como… la
‘Carta por la Educación Pública (Mareas por la Educación Pública)’, ‘Modelo de
Educación Infantil para niños y niñas de 0 a 6 años’, ‘Carta por la Educación
que queremos’, … todos ellos surgidos desde la sociedad civil, e incluso,
algunos otros, que han generado un fuerte debate entre los movimientos sociales
y/con propuestas elaboradas también desde la docencia universitaria como el
caso del ‘Documento de bases para una nueva ley de educación. Acuerdo social y
político educativo’. …
Es también irresponsable
afirmar que a través de “su Web como cuaderno de campo, la bitácora, el diario
de la investigación” va a conseguir conectar con la sensibilidad de la
ciudadanía y poder afirmar que sus sugerencias (interpretadas por el mismo y
‘su equipo’) recogerán perfecta y participativamente las demandas reales y
necesarias de la sociedad civil.
Por ello el
profesor Marina no entiende la propuesta del Foro de Sevilla , asociaciones,
movimientos y partidos políticos que han participado en la elaboración del
“Documento de bases para una nueva ley de educación. Acuerdo social y político
educativo”, https://porotrapoliticaeducativa.org/. Promover un proceso de
participación a lo largo del tiempo, incorporar en el debate a los colectivos
que han manifestado su deseo de participar y que han hecho propuestas
estructuradas de crear una red pública de calidad con la suficiente
financiación. No necesitamos dos meses para saber lo que va a proponer http://www.elconfidencial.com/contacto/716/.
Si el Sr.
Marina se considera un experto, que escriba como tal, pero que no se arrogue la
representación de la ciudadanía. Desde esta posición es evidente que no
necesita la colaboración de propuestas ciudadanas, él se define interesadamente
como experto en educación y por ello considera su gestión científica y no
ideológica, solo necesita tiempo para redactarlo y eso lo hace bien.
Felicidades por ser el “adalid” de las políticas de derecha en nuestro país.
* Pertenecen
al Foro de Sevilla.
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